sábado, 28 de febrero de 2009

¡Que vaina! ¡Otra vez la propiedad!

Hugo Chávez ha acaba de ordenar la intervención de todas las empresas procesadoras de arroz en Venezuela. He hablado con varios votantes opositores sobre esta medida. Se encuentran impactados y frustrados. Saben perfectamente lo que significa. Desde una perspectiva inmediata, escasez y baja calidad del arroz. Desde una perspectiva más amplia, otro golpe más contra la columna vertebral de la resistencia a las intenciones hegemónicas del gobierno, es decir, contra la propiedad y la empresa privada.

Esos votantes opositores saben que mientras exista propiedad y empresa privada, aunque sea pequeña y acorralada, el proyecto socialista de Chávez no podrá imponerse definitivamente. El Presidente de la República también lo sabe, por eso avanza paso a paso hacia su destrucción. El núcleo del voto opositor está tan claro como Hugo Chávez. Las cartas están descubiertas. No hay ni habrá sorpresas.

¿Y los dirigentes de los partidos de oposición? Hasta este momento ninguno de ellos ha hecho una declaración contundente contra la medida anunciada por el Presidente de la República. Permanecieron callados ante las nacionalizaciones de la EDC, CANTV, las empresas cementeras y SIDOR. ¿Seguirán callados en esta oportunidad?

¿Mi pronóstico? Convocarán una que otra rueda de prensa, pero no harán mayor escándalo. ¿Por qué? La mayoría porque no les molesta la medida anunciada por Hugo Chávez. Se trata de socialistas, socialdemócratas, socialcristianos o centroizquierdistas llenos de prejuicios contra la empresa privada. Quizás Hugo Chávez se atreve a hacer cosas que emocionalmente ellos comparten aunque su razón les impediría implementarlas. La minoría callará por cálculo político. Creen que la medida es popular y que no conviene “rayarse” al lado de la agroindustria. Si ustedes les preguntan por su silencio, les dirán que los mismos empresarios afectados les pidieron que callaran para “no politizar el asunto” y “encontrar una solución negociada”.

¿Los dirigentes estudiantiles? También callarán. Algunos de ellos se encuentran vinculados con la Iglesia y considerarán que marchar por los ricos no es correcto. Acaso no es cierto que Jesús dijo “Es más difícil que un rico entre en el reino de los cielos que un camello en el ojo de una aguja”. Otros ya forman parte de los partidos socialistas, socialdemócratas, socialcristianos o centroizquierdistas por lo que seguirán la línea de sus jefes políticos. Los pocos que creen en la propiedad y la empresa privada como valores fundamentales, preferirán no “rayarse” con el resto de los dirigentes estudiantiles y con el “pueblo”, al cual suponen comunista.

Mientras tanto, el núcleo del voto opositor seguirá angustiado, impotente y sin liderazgo ante este ataque a la propiedad y la empresa privada. Así, Hugo Chávez se encontrará satisfecho de haber avanzado un paso más en su proyecto socialista y habrá confirmado que cada vez que ataque a la propiedad y la empresa privada, triunfará sin necesidad de batallar.

¿Hay esperanza? Hoy estoy demasiado deprimido para responder objetivamente. A partir de mañana veré Globovisión esperando el milagro de ver a alguno de los supuestos presidenciables de la oposición salir a dar esta pelea. Al fin y al cabo, soñar no cuesta nada.

Javier Padrón Aguirre

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