domingo, 24 de mayo de 2009

¿Por qué no pueden derrotar a Chávez?

Sabiamente Winston Churchill dijo que el socialismo era “la prédica de la envidia”. Veamos muy esquemáticamente cuál es la fuente de ese sentimiento.

El socialismo marxista es una construcción esencialmente falaz que atribuye las diferencias en el ingreso de los grupos sociales y las personas a la apropiación de la plusvalía de la labor de los trabajadores por los capitalistas. De esa forma, el socialismo marxista calma las frustraciones de quienes no pueden aceptar que su fracaso se debe a que otros han sido más hábiles o sencillamente a la mala suerte.

El socialismo de inspiración cristiana se basa en la noción de justicia social popularizada por el Papá León XIII en la Encíclica Rerum Novarum. Se trata de una noción difusa que nadie ha podido precisar y que seguramente fue producto del sentimiento piadoso del pontífice pero que carece de cualquier fundamento científico. Es como construir una teoría económica a partir de la piedad. Por Dios ¡zapatero a sus zapatos! Al menos Marx analizaba a Smith y a Ricardo.

En todo caso, en cualquier versión del socialismo encontramos la idea de que los resultados del proceso del mercado son injustos y que existen unas personas que reciben una riqueza que no merecen. Con la difusión y popularidad que semejante razonamiento ha adquirido en el mundo, es sencillo comprender lo que pueden sentir quienes han fracasado, definitiva o temporalmente, hacia quienes han tenido éxito: odio y envidia.

Si analizamos el espectro partidista venezolano, observamos que todos los partidos importantes son socialistas. En el bando que utiliza las herramientas de análisis del socialismo marxista se encuentran el PSUV, el PCV, el PPT, PODEMOS, el MAS, AD, UNT y pare usted de contar. En el bando de quienes se conmueven con la justicia social encontramos a COPEI, CONVERGENCIA, PRIMERO JUSTICIA, PROYECTO VENEZUELA, entre otros.

En conclusión, todos esos partidos consideran que los resultados del proceso de mercado son injustos y que existen personas que poseen una riqueza que no merecen. En otras palabras, para todos ellos los ricos disfrutan lo que no les corresponde y el Estado debe aportar soluciones a esa injusticia.

Así, es sencillo apreciar que todos esos partidos fomentan el odio y la envidia contra los ricos, lo cual en Venezuela quiere decir cualquiera que tenga más dinero que yo.

¿Qué ofrece Chávez ante esa injusticia? Muy sencillo. Arrebatarles la riqueza mal habida a los ricos, humillarlos, destruirlos. ¿Qué ofrece la oposición? Redistribuir la riqueza a través de impuestos razonables que sirvan para crear un sistema de bienestar social, pero sin arrebatarles los medios de producción a los ricos y sin dejar de respetarlos como personas y ciudadanos.

Si a usted lo han alimentado con el socialismo (marxista o cristiano) y se encuentra lleno de frustración y envidia contra los ricos ¿Por quién votaría? ¿Por el vengador destructor de los ricos o por el pastor conciliador? Creo que la respuesta es evidente.

Durante cuarenta años los intelectuales y la Iglesia se cansaron de denunciar las injusticias sociales y la insensibilidad de los ricos. Sus propios resentimientos no les dejaron ver que el único robo que existió en la mal llamada IV República fue el despojo del ingreso petrolero que el Estado le hizo a la sociedad venezolana. Los únicos ladrones de plusvalía fueron los burócratas y los únicos cómplices fueron los intelectuales que se cansaron de hablar de esa cosa difusa y sin fundamento que se llama justicia social para legitimar la labor del Estado.

Después de cuarenta años de alimentar el odio y la envidia contra los ricos, no nos podemos sorprender con la llegada de Chávez. Lo que raya en la imbecilidad es creer que pueden derrotarlo poniendo una carita de pastorcillo pacificador que va reconciliar a los ricos malucos con los pobres bondadosos. Por eso no pueden derrotar a Chávez.

Para poder competir con Chávez sólo existen dos caminos.

La primera alternativa es ser más radical que Chávez. Si él promete confiscar y humillar a los ricos, el competidor debe ofrecer mandarlos a un campo de concentración en Sabaneta para freírlos vivos.

La segunda alternativa consiste en rechazar la imbecilidad del socialismo (en cualquiera de sus variantes), rechazar a todos los socialistas (incluyendo a los socialistas “chic” e “inteligentes” como Teodoro), condenar el odio y la lucha de clases (que es lo primero que debería hacer todo cura serio en lugar de hablar tonterías sobre el socialismo y la justicia social) y finalmente denunciar que el único ladrón de la riqueza nacional ha sido el Estado, sin importar si su cabeza se ha llamado Lusinchi, Pérez o Chávez.

Como ustedes anticiparán, la oposición no hará ninguna de las dos cosas. En primer lugar porque no son genocidas. En segundo lugar, porque son profundamente socialistas. Roguemos que no haya alguien que opte por la primera alternativa.


Javier Padrón Aguirre

domingo, 26 de abril de 2009

Henrique Capriles: Candidato Presidencial

Por primera vez en este blog entro en el peligroso mundo de las profecías políticas. Quizás lo haga sólo una vez, pero creo que vale la pena porque es algo que veo bastante claro.

Desde las últimas elecciones regionales, es sencillo identificar a los aspirantes a la candidatura presidencial de la oposición en el año 2012. Manuel Rosales, Leopoldo López, Antonio Ledezma, Henrique Salas Feo y Julio Borges. No obstante, también es sencillo identificar la estrategia del régimen: sacar de la carrera electoral a quien pueda constituir un peligro, aunque sea remoto, para la reelección de Chávez.

La aspiración de Manuel Rosales era natural. Se trata del líder de uno de los dos partidos más numerosos de la oposición y del dirigente más importante del estado más grande del país. Además asumió la candidatura presidencial en el año 2006 sin posibilidades de triunfo, como un sacrificio personal para rescatar la presencia electoral de la oposición. Sin embargo, el régimen decidió sacarlo de la carrera electoral con el proceso penal abierto en su contra. Desde el exilio y siendo un perseguido de la justicia venezolana, sus posibilidades son nulas.

En el caso de Leopoldo López, el régimen fue más severo debido a sus excelentes números en las encuestas, incluso a nivel nacional. Procedieron a inhabilitarlo políticamente antes de las elecciones regionales y por un largo período. No podrá ser candidato en el año 2012.

No hay que ser el profeta Isaías para saber que el régimen también inhabilitará a Antonio Ledezma. Luego de su clamoroso triunfo en las elecciones para Alcalde Metropolitano, el régimen lo declaró enemigo número uno. No lo han dejado gobernar y no lo dejarán ser candidato presidencial en el año 2012. Ledezma tiene demasiado talento político para que el chavismo corra algún riesgo con él.

Eliminados Rosales, López y Ledezma, nos quedan tres de la lista inicial. En el caso de Salas Feo, creo que su candidatura es imposible. En primer lugar porque los dirigentes de la oposición no le tienen confianza alguna y en segundo lugar porque el régimen en su paranoia quizás también opte por inhabilitarlo. En todo caso, creo que su candidatura sólo sería factible como una candidatura disidente del bloque principal de la oposición. En otras palabras, un testimonio más de la imposibilidad del clan Salas de lograr acuerdos estables con el resto del bloque opositor.

¿Julio Borges? A pesar de que los líderes de su partido lo apoyan, el resto de la oposición no lo aceptará como candidato presidencial en el año 2012. No haber optado por cargos ejecutivos de elección popular lo puede haber colocado en un segundo plano ante dirigentes de su propio partido, tales como Henrique Capriles y Carlos Ocariz.

Descartada la lista inicial ¿Quiénes quedarían? Habría que mirar al resto de los gobernadores de la oposición. ¿Morel Rodríguez? No tiene perfil del dirigente nacional, ni tiene aspiraciones presidenciales. ¿Pablo Pérez? Apenas se está estrenando y no tiene proyección nacional. ¿César Pérez Vivas? Está demasiado encerrado en la realidad tachirense y creo que lo inhabilitarían inmediatamente si comenzara a proyectarse nacionalmente porque es odiado implacablemente por el chavismo.

¿Henrique Capriles? De los gobernadores de oposición que quedarían es quien tiene mayor proyección nacional porque se trata de un dirigente de Caracas. Además, tiene una imagen de mártir por haber soportado encarcelamiento por parte del régimen. Con el caso de Rosales abierto, cada día que pase, la cárcel que sufrió Capriles le añadirá más peso a su condición de líder opositor. Por otra parte, Capriles jamás ha sido vinculado con escándalos de corrupción. Tiene una imagen de dirigente trabajador y honrado.

¿Cuáles serían los obstáculos para su candidatura? En primer lugar Julio Borges. La candidatura de Capriles no sería una iniciativa suya, sino que sería producto de las circunstancias y solicitudes de terceros ajenos a su partido. Por ello, Julio Borges terminaría cediendo y Capriles aceptando lo que no está buscando. No obstante, queda la interrogante de qué haría el régimen ante una candidatura de Capriles.

En mi criterio, el régimen lo dejaría ser candidato ya que lo menospreciaría una vez más. No aceptarían rebajarse a inhabilitar a alguien que se empeñan en menospreciar a pesar de sus triunfos. Lo consideran un peso ligero sin mayor peso político. Antes sacaron de la carrera por la Gobernación de Miranda a Enrique Mendoza porque creyeron que Capriles era más débil. Ya sabemos el resultado.

¿Cómo le irá a Capriles frente a Chávez? Bueno, Luis Vicente León dijo que este país necesitaba un héroe con vocación de sacrificio para poder enfrentar exitosamente a Chávez. Hasta ahora, Capriles ha sido el único dirigente opositor de relevancia que ha sufrido el encarcelamiento por parte del régimen y ha manifestado públicamente su disposición a volverlo a sufrir. Además, para bien o para mal, tiene cara de mártir.

Javier Padrón Aguirre

sábado, 28 de febrero de 2009

¡Que vaina! ¡Otra vez la propiedad!

Hugo Chávez ha acaba de ordenar la intervención de todas las empresas procesadoras de arroz en Venezuela. He hablado con varios votantes opositores sobre esta medida. Se encuentran impactados y frustrados. Saben perfectamente lo que significa. Desde una perspectiva inmediata, escasez y baja calidad del arroz. Desde una perspectiva más amplia, otro golpe más contra la columna vertebral de la resistencia a las intenciones hegemónicas del gobierno, es decir, contra la propiedad y la empresa privada.

Esos votantes opositores saben que mientras exista propiedad y empresa privada, aunque sea pequeña y acorralada, el proyecto socialista de Chávez no podrá imponerse definitivamente. El Presidente de la República también lo sabe, por eso avanza paso a paso hacia su destrucción. El núcleo del voto opositor está tan claro como Hugo Chávez. Las cartas están descubiertas. No hay ni habrá sorpresas.

¿Y los dirigentes de los partidos de oposición? Hasta este momento ninguno de ellos ha hecho una declaración contundente contra la medida anunciada por el Presidente de la República. Permanecieron callados ante las nacionalizaciones de la EDC, CANTV, las empresas cementeras y SIDOR. ¿Seguirán callados en esta oportunidad?

¿Mi pronóstico? Convocarán una que otra rueda de prensa, pero no harán mayor escándalo. ¿Por qué? La mayoría porque no les molesta la medida anunciada por Hugo Chávez. Se trata de socialistas, socialdemócratas, socialcristianos o centroizquierdistas llenos de prejuicios contra la empresa privada. Quizás Hugo Chávez se atreve a hacer cosas que emocionalmente ellos comparten aunque su razón les impediría implementarlas. La minoría callará por cálculo político. Creen que la medida es popular y que no conviene “rayarse” al lado de la agroindustria. Si ustedes les preguntan por su silencio, les dirán que los mismos empresarios afectados les pidieron que callaran para “no politizar el asunto” y “encontrar una solución negociada”.

¿Los dirigentes estudiantiles? También callarán. Algunos de ellos se encuentran vinculados con la Iglesia y considerarán que marchar por los ricos no es correcto. Acaso no es cierto que Jesús dijo “Es más difícil que un rico entre en el reino de los cielos que un camello en el ojo de una aguja”. Otros ya forman parte de los partidos socialistas, socialdemócratas, socialcristianos o centroizquierdistas por lo que seguirán la línea de sus jefes políticos. Los pocos que creen en la propiedad y la empresa privada como valores fundamentales, preferirán no “rayarse” con el resto de los dirigentes estudiantiles y con el “pueblo”, al cual suponen comunista.

Mientras tanto, el núcleo del voto opositor seguirá angustiado, impotente y sin liderazgo ante este ataque a la propiedad y la empresa privada. Así, Hugo Chávez se encontrará satisfecho de haber avanzado un paso más en su proyecto socialista y habrá confirmado que cada vez que ataque a la propiedad y la empresa privada, triunfará sin necesidad de batallar.

¿Hay esperanza? Hoy estoy demasiado deprimido para responder objetivamente. A partir de mañana veré Globovisión esperando el milagro de ver a alguno de los supuestos presidenciables de la oposición salir a dar esta pelea. Al fin y al cabo, soñar no cuesta nada.

Javier Padrón Aguirre

domingo, 22 de febrero de 2009

¡Es la Propiedad Estúpido!

En las presidenciales de 2006, Chávez ganó con 7.309.080 votos. En el referendo de la reforma constitucional, la propuesta defendida por Chávez obtuvo 4.379.392 y fue derrotada. En el reciente referendo sobre la enmienda constitucional, la propuesta chavista resultó victoriosa y obtuvo 6.319.636 votos.

¿A qué se debe el sube y baja en la votación del chavismo en esos procesos electorales?

Nuevamente, se trata de un análisis complejo, pero creo haber encontrado un factor determinante que puede explicar ese fenómeno.

En los procesos de 2006 y 2009, todo giraba alrededor de la figura personal de Hugo Chávez. En el 2006 se trataba de elegir un Presidente de la República entre Chávez y Rosales. Mientras que en el 2009 se discutía si le permitíamos a Chávez ser candidato o no para la reeleción en el 2012. En esos procesos, la mayoría de la población, con o sin razón, sintió que NO se estaba decidiendo un cambio sustancial en el modelo social y económico; sino que simplemente se estaba respaldando o rechazando el liderazgo de una persona.

¿Qué se debatía en el referendo de la reforma constitucional? En ese caso, con o sin razón, la población creyó que se estaba proponiendo abiertamente un cambio estructural e irreversible de nuestro modelo social y económico. Por ello, una parte importante del electorado chavista sintió que el afecto y la simpatía que sienten por Chávez no los obligaba a respaldar ese cambio radical. Ese sector del chavismo prefirió ser leal a ciertos valores o principios antes que a Hugo Chávez, por lo cual algunos votaron NO y otros, vale decir la mayoría, decidió abstenerse.

Ahora bien ¿Cuáles eran esos valores o principios? No es difícil identificarlo porque se trata de uno solo. ¿Recuerdan la cuña de la carnicería nacionalizada por el gobierno? Creo que ha sido la cuña más impactante en la historia de la política venezolana desde las cuñas de Caucagüita en la campaña de Luis Herrera. A través de esa cuña, la oposición le comunicó al país que la aprobación de la propuesta de reforma constitucional implicaba la muerte definitiva de la propiedad privada en Venezuela y el paso a un sistema similar al cubano.

Acertadamente, la mayoría de la población entendió que la muerte de la propiedad privada también implicaba el funeral de la libertad. Fue maravilloso ver como el ciudadano común pudo sabiamente percibir la conexión vital que existe entre propiedad y libertad, algo que no pueden ver la mayoría de los dirigentes de los partidos de oposición quienes siguen cegados por sus caducos discursos socialistas, socialdemócratas, socialcristianos o centristas.

Así, podemos apreciar que la única derrota nacional que ha sufrido Hugo Chávez se la propinó la propiedad privada. Si eso es así ¿Por qué los dirigentes de oposición de los partidos y del movimiento estudiantil no construyen su oposición a Chávez sobre la base de la defensa de la propiedad privada?

En el caso de los dirigentes de los partidos, la respuesta es sencilla: no creen en las bondades de la propiedad privada; miran con desconfianza a la empresa privada; creen que el Estado debe ser el arquitecto de la sociedad. En efecto, siguen creyendo en las mismas ideas socialistas, socialdemócratas o socialcristianas de los viejos partidos de la mal llamada IV República. Antes eran adecos y ahora militan en Un Nuevo Tiempo o Alianza Bravo Pueblo. Los padres eran copeyanos y sus hijos ahora están en Primero Justicia. Nuevos nombres, viejas ideas.

Ha sido una verdadera verguenza ver como Chávez ha nacionalizado la CANTV, SIDOR, las cementeras, entre muchas otras empresas privadas, destruyendo valor, sin que dirigente político alguno alzara su voz. Inicialmente creí que no lo hacían porque creían que era impopular. Hoy estoy convencido que no lo hicieron porque están de acuerdo con esas medidas.

¿Los dirigentes estudiantiles? Como Chávez los ha calificado de derechistas, pitiyankis y sifrinos, se sienten obligados a declararse de centroizquierda y alardear de su trabajo comunitario. Al mejor estilo de Barack Obama, se presentan como community organizers. ¿Creen que viven en los EE.UU.?

De esa forma, Chávez los ha arrinconado al obligarlos a disputar el mercado electoral del chavismo. Ingenuamente creen que pueden presentar propuestas sociales más impactantes que las propuestas populistas del Presidente de la República. De sus bocas no se oye una sola palabra en defensa de la propiedad privada, ni de la empresa privada. Han permanecido mudos ante la ola de nacionalizaciones implementada por Chávez.

¿Existe alguna esperanza de rectificación? Bueno, los dirigentes de la oposición jamás rectificarán. Realmente son socialistas de corazón. Allí no hay esperanzas.

Lamentablemente, tampoco creo que lo harán los dirigentes estudiantiles. Algunos de ellos se preparan para abandonar la propuesta socialdemócrata de Un Nuevo Tiempo para fundar otro partido de centroizquierda con Leopoldo López a la cabeza. Creen que el problema radica en cambiar a Manuel Rosales por Leopoldo López. Que ingenuidad!!

Mientras tanto la propiedad privada sigue huérfana de un líder y Hugo Chávez respira tranquilo viendo como nadie empuña el única arma que lo puede detener. ¡Que ceguera la de la oposición! ¡Que tragedia para Venezuela!

Javier Padrón Aguirre

domingo, 15 de febrero de 2009

El Alto Precio de un Triunfo: La Última Gran Victoria de Hugo Chávez

Chávez sabía que disponía de poco tiempo. Tenía que lograr la aprobación de la reelección indefinida antes de que estallara la crisis económica. Tenía que obtener la victoria rápidamente. Por ello, se lanzó en una guerra relámpago para lograr ese objetivo tan pronto terminaron las elecciones regionales. Corrió un gran riesgo, pero lo logró.

Chávez ganó el referendo de la enmienda por un poco menos de 10 puntos. Esa victoria me recuerda el triunfo de Carlos Andrés Pérez sobre Eduardo Fernández en las elecciones presidenciales de 1988, por un poco más de 12 puntos. Se trató de una victoria que se hizo realidad gracias a que el Gobierno de Jaime Lusinchi evitó tomar las duras medidas económicas que la crisis exigía para permitir el regreso de Carlos Andrés Pérez al poder.

Casi tres meses después de su apoteósico triunfo, Carlos Andrés Pérez veía como el país se le incendiaba por los cuatro costados el 27 de febrero de 1989. Quienes tomaron las calles no fueron los votantes de clase media que constituyeron la base electoral de Eduardo Fernández. Por el contrario, se trataba de los venezolanos más humildes que habían dado su voto a Pérez creyendo en sus promesas de regreso de la bonanza de la década de los setenta.

Hoy Hugo Chávez ha obtenido seis millones de votos. La mayoría de esos votos vienen de personas que se sienten beneficiadas por la política populista de nuestro Presidente. Sienten que han vivido mejor con Chávez que con sus antecesores. A pesar de todo lo negativo que rodea a Hugo Chávez, sus votantes han confiado en que seguirán obteniendo esos beneficios. Le han dado la espalda a los principios y han votado con su estómago.

¿Qué sucederá cuando estalle la crisis y Chávez no pueda seguir redistribuyendo alegre e irresponsablemente la renta nacional entre sus seguidores? No creo que la historia se repita inexorablemente, pero sí creo que el pasado nos puede ayudar a comprender el futuro. Por eso, creo que cuando la crisis muestre su verdadero rostro, muchos de los seguidores de Chávez estallarán en cólera. No tendrán comprensión alguna para con el Presidente ya que se sentirán estafados, así como los seguidores de Pérez no le tuvieron comprensión alguna el 27 de febrero de 1989.

¿Habrá otro Caracazo? No lo creo. Chávez conoce el riesgo que ha asumido con la enmienda y la crisis económica que se avecina. Por ello, nuestro Presidente estará preparado. Usará todos los mecanismos del poder para evitar la anarquía. No obstante, no podrá evitar el deterioro sustancial y sostenido de su respaldo popular. Ahora se sostiene con los votos. Mañana se sostendrá con el uso desnudo del poder. No le temblará el brazo para reprimir. Su permanencia justificará cualquier medida.


No obstante, como resultado del engaño que ha rodeado a la enmienda, Chávez sufrirá una pérdida sustancial de su popularidad. Hoy su ventaja fue sólo de 10 puntos, alrededor de un millón de votos. El ejército partisano de la oposición que suma 5 millones de ciudadanos sin un líder visible estará al acecho, presto a sacar partido de la frustración de cada chavista descontento. Jamás Hugo Chávez podrá obtener otra victoria electoral como la que ha sumado esta noche.

¿Bastará eso para salir de Chávez? Depende de muchos factores. Como dije antes, la oposición es un ejército de 5 millones de personas sin un líder que la interprete. Los ciudadanos opositores les han permitido a los dirigentes de los partidos de oposición colocarse el título de líderes porque no les queda otra opción. En efecto, tal como señalé en mi artículo “La Orfandad de los Marchantes”, ni los opositores sienten entusiasmo por los que fungen como sus líderes, ni esos líderes se sienten a gusto como cabeza de esos opositores. Por ello, la posibilidad de salir de Chávez en un plazo relativamente breve depende de que los ciudadanos opositores encuentren un liderazgo que los interprete.

¿Qué requisitos debe tener ese liderazgo? El nuevo liderazgo debe tener un mensaje de defensa de los valores de esos ciudadanos que integran el ejército opositor. Ese liderazgo debe hablar de libertad, propiedad, familia y seguridad. Quienes integran el núcleo del voto de la oposición no quieren oír hablar de misiones, subsidios ni consejos comunales. A quienes le interesan esas cosas militan en el chavismo y jamás se sumarán al ejército opositor. Sin embargo, si es posible que abandonen a su líder, como causa de su frustración.

Al formidable ejército opositor le basta con la desilusión de los beneficiarios del populismo chavista. Si dos millones de chavistas deciden quedarse en su casa, hastiados del engaño que ha cometido Chávez con el apresuramiento de la enmienda para esconder la crisis económica y el ejército opositor encuentra finalmente un liderazgo auténtico, los días de Chávez y del chavismo estarán contados.

¿Y los estudiantes? Bueno, si la mayoría de ellos sigue el ejemplo de Yon Goicochea, Ricardo Sánchez, Stalin González y Freddy Guevara y se suman a las desilusionantes propuestas socialdemócratas o socialcristianas de los partidos de oposición, el movimiento estudiantil se irá apagando lentamente al integrarse en las fatigadas estructuras de esos partidos. No obstante, si se logran identificar con los valores por los cuales lucha la base opositora, es posible que el nuevo liderazgo de la oposición surja del movimiento estudiantil.

Les repito que esta ha sido la última gran victoria de Hugo Chávez. El esfuerzo final de un guerrero que aparenta ser incansable. Quizás el canto del cisne. Su permanencia en el poder sólo espera por la segura decepción de muchos de sus seguidores como consecuencia de la crisis económica y el surgimiento de un liderazgo que interprete realmente a las bases de la oposición.

Javier Padrón Aguirre

domingo, 8 de febrero de 2009

La Orfandad de los Marchantes

El sábado pasado estuve en la multitudinaria marcha de ciudadanos por el NO que se realizó en Caracas. Mientras marchaba observé la reacción de la mayoría de los marchantes hacia los líderes de la oposición. Vi a Manuel Rosales y Pablo Pérez pasar veloces, casi trotando, con un mediano grupo de seguidores zulianos. Asimismo vi a Leopoldo López que iba acompañado de un pequeño grupo de seguidores. Lo mismo sucedió con Gerardo Blyde. A Henrique Capriles lo vi con un grupo más numeroso, similar al de los zulianos. El grupo de Carlos Ocariz y Ramón Muchacho era similar al de Capriles. Julio Borges caminaba solo con su esposa. Quizás fue el más sincero ya que decidió ahorrarse los recursos necesarios para alquilar seguidores. No obstante, más allá de las pequeñas diferencias entre el número de los seguidores de cada uno de esos dirigentes de oposición, existía una gran similitud: ninguno despertaba mayor entusiasmo entre los cientos de miles de personas que marcharon el sábado pasado.

¿A qué se debe que la oposición logre obtener la mitad de los votos en los procesos electorales y sin embargo sus líderes no despierten entusiasmo alguno entre sus votantes? ¿Por qué los partidos de oposición obtienen la mitad de los votos y sin embargo en las encuestas obtienen porcentajes bajísimos de respaldo e identificación por parte de sus electores? La respuesta no es sencilla, pero creo haber detectado una de las razones. Los destinatarios de los mensajes de los líderes de los partidos de oposición no son los votantes opositores, sino los seguidores de Chávez. ¿Complicado? Trataré de explicarme.

En la marcha, cuando pasamos cerca de un edificio invadido por seguidores de Chávez, los marchantes repetida y espontáneamente gritaban ¡Invasores! ¡Ladrones! ¿Por qué lo hacían? Porque se trata de personas que tienen un profundo respeto por la propiedad privada. La mayoría de los marchantes no esperan que el Estado les resuelva sus problemas económicos; simplemente aspiran que el Estado deje de ser un obstáculo para el normal desarrollo de sus vidas. Quieren que el Estado les proporcione seguridad y que les deje trabajar en paz. Son personas que en el pasado han podido valerse por sí mismos y aspiran volver a hacerlo cuando termine la pesadilla de la omnipresencia de Hugo Chávez.

¿Y cuál es el mensaje que los líderes de la oposición transmiten a los ciudadanos? “Democracia Social” “Justicia Social” “Socialdemocracia” “Estado Social”. En fin, cualquier melcocha acompañada de la expresión social. En otras palabras, más de lo mismo ya que la mal llamada IV República fue un experimento de socialismo democrático, mientras que el régimen chavista también es socialista, aunque totalitario y personalista. Por eso, la mayoría de los líderes de la oposición se definen como de centro-izquierda. Expresamente se lo he oído a Antonio Ledezma, Manuel Rosales, Gerardo Blyde, Leopoldo López y Henrique Capriles. ¿Julio Borges? Bueno, como premio de consolación se define como de centro, lo cual ingenuamente me abre la esperanza de que su centrismo sea una etapa de reflexión antes de pasar a ser un defensor de la libertad, como tardíamente pasó con algunos dirigentes del PP en España.

¿Cuál es la aspiración de todos esos líderes? Sencillo: conquistar el apoyo de los sectores más desfavorecidos que todo lo esperan del Estado; en otras palabras del Chavismo. ¿Por qué? Porque ser líderes de la clase media los acompleja ya que les han enseñado, en el viejo partido o en la iglesia, que el único liderazgo valioso es el de los más desposeídos.

Ahora bien ¿Qué motivos pueden tener esas personas para abandonar a Chávez y seguir a uno de sus líderes de la oposición? Sinceramente, no veo razón alguna. Si esas personas pretenden vivir del Estado ya consiguieron el líder que mejor las interpreta. Por mucho que se esfuerce un líder opositor jamás podrá ofrecerle a quienes militan en el Chavismo el populismo vergonzoso que les ofrece Hugo Chávez. En ese mercado, el Presidente es imbatible. Si desean conquistar apoyos entre esas personas, tienen que ofrecer algo diferente. Es decir, sacarlas del paradigma del populismo parasitario.

¿Y qué sucede con el núcleo de los votantes de oposición? Bueno, ningún dirigente opositor tiene un mensaje para ellos. En efecto, los partidos de oposición dan por descontado su respaldo electoral, o bien lo aceptan a regañadientes mientras esperan a obtener los votos de quienes integran la base electoral del Chavismo. Mientras tanto, los marchantes siguen huérfanos de un líder que les transmita un mensaje cónsono con sus valores.

¿Los dirigentes estudiantiles? Lamentablemente en el sector estudiantil se repite el fenómeno. Como socialdemócratas o de centro-izquierda se han definido Yon Goicochea, Stalin González, Ricardo Sánchez, Freddy Guevara, David Smolansky, así como Federico Black y Virginia Zamora, miembros juveniles del Comando Angostura que fueron víctimas de la agresión de la PM el pasado 23 de enero, entre muchos otros; mientras que la mayoría de los estudiantes no comparten esas inclinaciones; lo cual no es de extrañar ya que se trata de los hijos de los marchantes maduros.

En fin, los marchantes siguen huérfanos de líderes. El día que alguien les hable con convicción de libertad, propiedad, familia y seguridad habrá nacido un liderazgo que abrirá una nueva etapa en la política nacional. Mientras tanto, el mayor entusiasmo de los marchantes seguirá siendo para Roland Carreño, con quien todo el mundo quería tomarse una foto el pasado sábado. No obstante, no se engañen, Roland era militante de Acción Democrática, en otras palabras, se trata de otro miembro de la centro-izquierda venezolana, aunque definitivamente más agudo y divertido.

Javier Padrón Aguirre

domingo, 18 de enero de 2009

La Responsabilidad Social de la Empresa Privada

El empresario exitoso normalmente sufre un profundo complejo de culpa. Siente que su éxito es ofensivo cuando existen millones de personas que viven en la pobreza. Siente que no ha hecho lo suficiente para contribuir a mejorar el bienestar de la sociedad. Sufre las recriminaciones de dirigentes políticos, sindicales y sociales que lo responsabilizan de la pobreza de muchos de sus conciudadanos.

Me resulta muy difícil entender la supuesta responsabilidad o culpa del empresario exitoso en relación a los males de la sociedad. Cuando pienso en las recriminaciones que reciben esos empresarios, siempre pienso en el portugués del abasto. Satisface eficientemente las necesidades de sus clientes, crea decenas de empleos directos e indirectos, paga más del treinta por ciento de sus ganancias al Estado mediante el impuesto sobre la renta, sirve como agente de recolección de otros impuestos para el Estado y soporta estoicamente el acoso del SENIAT, el INDECU y muchas otras agencias gubernamentales. ¿Qué más le podemos pedir?

Por eso me pregunto ¿De qué es culpable el portugués del abasto? ¿Qué más tiene que aportar a la sociedad venezolana? ¿Quién aporta más a nuestro país? ¿Nuestro amigo el portugués o los funcionarios públicos? ¿Nuestro amigo el portugués o el dirigente sindical? ¿Nuestro amigo el portugués o el Presidente del Consejo Comunal? Para mí la respuesta es muy clara. Ninguno de los que vocifera contra el portugués del abasto puede compararse con nuestro amigo.

Entonces ¿Por qué se le exige una responsabilidad social al portugués y a todos los empresarios exitosos? Ciertamente muchos empresarios exitosos van mucho más allá ya que hacen cuantiosas donaciones a instituciones benéficas. No obstante, nadie tiene derecho alguno a exigírselas ya que su contribución social mediante su actividad empresarial, en el sentido más estricto, supera a la que realiza cualquiera de los habituales críticos del empresariado.

En efecto, si existe un Estado Social que cobra altos impuestos a los empresarios y que tiene como deber garantizar el bienestar de los más necesitados ¿Por qué el portugués tiene que compartir las responsabilidades de los funcionarios públicos? ¿Por qué los gobernantes de turno tienen que usar a los empresarios exitosos como chivos expiatorios de su ineptitud? Al fin y al cabo, los funcionarios públicos no crean riqueza alguna, sino que se limitan a tratar de administrar los impuestos que cobran a todos los ciudadanos. Si esos funcionarios son incompetentes, que asuman su responsabilidad y que dejen tranquilo al lusitano. Si no son capaces de cumplir sus promesas, por lo menos que no destruyan el abasto del portugués.

Ante ataques tan feroces, las empresas han asumido que tienen una responsabilidad social que las obliga a gastar parte de sus recursos en proyectos para el supuesto bienestar colectivo. Aunque esa iniciativa sea moralmente loable, tiene funestas consecuencias económicas y sociales. En efecto, el único objeto de una empresa debe ser la maximización de las utilidades para sus accionistas. Si alguien tiene alguna duda que consulte la legislación comercial y los estatutos de cualquier sociedad mercantil. Si se disminuyen las utilidades de los accionistas al desviar recursos para el cumplimiento de los llamados proyectos de responsabilidad social, se atenta contra la fortaleza y crecimiento de la empresa lo cual perjudica todos los beneficios sociales que naturalmente genera la auténtica actividad empresarial.

Si los accionistas deciden donar la totalidad de los dividendos que reciben de la empresa, ello no sólo es moralmente elogiable sino que además no interfiere en el funcionamiento normal de la empresa. Además, no se refuerza la falaz idea de que la empresa tiene una responsabilidad social diferente que el cumplimiento de sus obligaciones legales.

Lamentablemente, los ataques contra la empresa privada son tan feroces que las contribuciones a proyectos de responsabilidad social empresarial pueden terminar convirtiéndose en una inversión en materia de relaciones públicas e imagen corporativa para muchas empresas. No obstante, por mucho que inviertan en esos proyectos, jamás lograrán apaciguar a los críticos de la empresa privada. En efecto, esos críticos se alimentan de la envidia y de un discurso anticapitalista que no se puede apaciguar con paños calientes.

Cuando el Presidente Chávez anuncia la nacionalización de una empresa, poco importa el dinero que esa empresa haya invertido en responsabilidad social empresarial. Los enemigos del capitalismo siempre creerán que una empresa generará mayores beneficios sociales en manos del Estado. Y por otra parte, jamás he visto a los beneficiarios de esos proyectos de responsabilidad social empresarial salir a defender a una empresa privada ante una nacionalización.

¿El portugués del abasto de su barrio no invierte en responsabilidad social? Bueno, la verdad siempre he creído que ellos son el modelo de empresario que debemos seguir. Así, como son tan naturalmente inteligentes, no hacen el papel de tontos útiles gastando dinero en proyectos que la mayoría no agradece.


Javier Padrón Aguirre