viernes, 9 de enero de 2009

El Matrimonio Homosexual y los Liberales

Para muchas personas que se consideran liberales el matrimonio homosexual debe ser apoyado. En efecto, consideran que el rechazo al matrimonio homosexual es propio de personas conservadoras.

En mi criterio, esos amigos liberales están equivocados ya que una auténtica postura liberal debe conducir necesariamente al rechazo del matrimonio homosexual.

El matrimonio civil entre un hombre y una mujer constituye una intervención estatal en la esfera privada de las personas ya que se trata de una institución creada y diseñada por el Estado. Cuando un hombre y una mujer contraen matrimonio no están en libertad de determinar sus derechos y obligaciones ya que las mismas están predeterminadas por la ley, salvo la posibilidad de las capitulaciones. Si el matrimonio civil fuera una institución liberal, cada pareja heterosexual podría diseñar el contrato matrimonial que desease. Así, por ejemplo, una pareja podría establecer una obligación de convivir mientras que otra pareja podría omitir cualquier referencia a esa situación.

Si prevalecieran las ideas liberales o libertarias, el matrimonio civil sería un contrato abierto que cada pareja diseñaría según sus necesidades. Incluso, si fuéramos totalmente coherentes con el ideario libertario, el matrimonio civil no existiría. En efecto, el matrimonio sería una institución exclusivamente religiosa, como lo fue originalmente en muchos países, ajena totalmente a la intervención estatal.

Por ende, los liberales deben ver con desconfianza cualquier matrimonio civil, bien sea heterosexual u homosexual.

Ahora bien ¿Por qué el Estado crea la institución del matrimonio civil? No lo hace para exaltar el romanticismo de las parejas. No hay espacio para esas consideraciones sentimentales. El Estado creó el matrimonio civil porque consideró que era necesario dar una protección institucional a la familia, entendida como ese núcleo natural de hombre, mujer e hijos. Si no fuera por la crianza de los hijos, el matrimonio civil como institución legal no tendría razón de ser.

Así, llegamos al punto crítico. Si el matrimonio existe sólo por la crianza de los hijos ¿Qué sentido tiene un matrimonio homosexual que naturalmente no puede concebirlos? Evidentemente, ese tipo de matrimonio no tiene sentido alguno ya que el Estado no le interesa la simple protección de las parejas, bien sean heterosexuales u homosexuales.

Ante ello, los activistas homosexuales reclaman que una pareja homosexual que contrae matrimonio civil debe tener derecho a adoptar niños. De esa manera, el matrimonio homosexual adquiere sentido para el Estado porque tiene la potencialidad de constituir un núcleo familiar que se ocupe de la crianza de niños.

No obstante, semejante solución constituye una inadmisible intervención del Estado en la esfera privada. Naturalmente una pareja de dos hombres jamás podrán ser progenitores de un niño, al igual que una pareja de dos mujeres. Por ello, la solución propuesta hace que el Estado distorsione la realidad natural mediante una institución legal: la adopción, mediante la cual se logra que dos padres o dos madres sean los progenitores de un niño.


Es difícil concebir una solución liberal, es decir sin intervención del Estado, para el régimen de adopción. No obstante, mientras el Estado se encuentre a cargo de las adopciones, es necesario que la familia adoptante reproduzca la realidad natural de la familia que debió tener el niño abandonado. No es aceptable que mediante la intervención del Estado a través de la adopción se creen familias artificiales de dos hombres e hijos o dos mujeres e hijos. Si lo llevamos al absurdo, no faltará quien proponga una familia adoptante de dos padres y tres madres, por ejemplo. Si se acepta el uso de la ley para distorsionar la realidad natural, no habrá límites a la voluntad de un legislador arbitrario.

Los activistas homosexuales señalan que una pareja homosexual tiene el mismo derecho que una pareja heterosexual a adoptar un niño. Semejante argumento revela un desconocimiento absoluta de la institución de la adopción, la cual ha sido creada exclusivamente en interés del niño. Por ende, ni los heterosexuales ni los homosexuales tienen derecho a adoptar. Son los niños los que tienen derecho a tener una familia adoptiva que sustituya la familia natural que no pudieron tener.

Dejando a un lado el tema de la crianza de los niños y las adopciones, mientras existe un matrimonio civil para heterosexuales, sí debería existir una institución similar para las parejas homosexuales, las cuales son una realidad natural, tal como lo demuestra la historia. Por eso, hay quienes proponen la unión civil para las parejas homosexuales, la cual sería una institución muy similar al matrimonio pero que excluye totalmente la posibilidad de adoptar. Desde una perspectiva liberal, mientras exista el matrimonio civil para las parejas heterosexuales, la unión civil es la solución adecuada para las parejas homosexuales.

Javier Padrón Aguirre

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